Es un buen remedio para mejorar la cicatrización de cortes y distintos tipos de heridas.
Ayuda a hidratar la piel del perro en caso de sequedad.
Puede ser una buena herramienta de soporte en caso de alergia o hipersensibilidad para mejorar el aspecto de la dermis y los daños producidos. Se debe consultar con el veterinario siempre antes de su aplicación.
Mejora el aspecto del pelaje del perro, que se torna mucho más brillante y sedoso.
Muestra una alta afinidad con las proteínas naturales del cabello, lo que favorece la hidratación del manto, ayuda a evitar la pérdida de pelo y promueve el crecimiento de pelo sano.
Mezclado con el champú y aplicado durante el baño, ayuda a prevenir la aparición de levaduras, hongos y parásitos externos, aunque igualmente recomendamos el uso de pipetas o collares para asegurar una protección total contra pulgas, garrapatas, piojos, mosquitos y ácaros.
Podemos utilizar una solución diluida de aceite de coco y agua para higienizar los genitales, el ano, las patas o las orejas, ya que ayuda a limpiar con profundidad.
Ingerido, previene distintos problemas de salud por sus efectos antibacterianos, antivirales y antifúngicos.
Mejora la digestión y la absorción de nutrientes.
Proporciona energía.
Los MCT que se encuentran en el aceite de coco mejoran el metabolismo cerebral, ayudando a prevenir y a mejorar el estado mental de los perros ancianos que sufren síndrome de disfunción cognitiva.
Acelera el metabolismo gracias a los ácidos grasos de fácil absorción.
Refuerza el sistema inmunitario gracias al ya mencionado ácido laúrico, el cual se encuentra presente en la leche materna y que activa las defensas de los cachorros.
Su aplicación junto a un tratamiento prescrito por el veterinario previene el desarrollo de eccemas.
La aplicación tópica de aceite de coco tiene propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda a mejorar las dermis que presenten inflamación.