Aceite de coco para el Cerebro ”Podría Prevenir el Alzheimer”
En el 2008, Steve Newport fue diagnosticado con Alzheimer a sus 51 años. Al enterarse, su esposa, la Dra. Mary Newport, neonatóloga en un hospital en Tampa, Florida, comenzó a buscar y a cuestionarse qué podía hacer por él. Surgieron entonces las primeras preguntas que cualquier persona se haría en esa situación; ¿Qué debo hacer? ¿Cómo lo puedo ayudar? ¿Existe alguna cura?
Tratando de resolver estas dudas la esposa de Newport hizo uso de sus conocimientos médicos y decidió tomar acciones y medidas que, con dedicación y ganas, pudieran llevar a Steve a una posible recuperación. Fue así como empezó un proceso de pruebas y seguimientos frente a la memoria de Newport y esta enfermedad degenerativa.
Paso 1
El test del reloj:
Cuando una persona es diagnosticada con Alzheimer, puede estar en diferentes estados: leve, moderado o severo. El nivel en el que se encuentra la enfermedad se puede saber con diferentes pruebas que se le realizan al paciente.
Para diagnosticar en qué nivel de enfermedad se encontraba su esposo, la Dra. Mary lo llevó a un centro especializado para que le realizaran el test del reloj, el cual consistía en que Steve dibujara un reloj análogo. Este fue el resultado de Newport con su primera prueba:
“Dibujó círculos al azar y algunos números. No se parecía en nada a un reloj·
La doctora me llevó a una sala aparte y me dijo ‘En este momento está en el límite del Alzheimer severo, ya ha pasado la fase moderada.’ Fueron noticias devastadoras para nosotros.” dijo la Dra. Mary Newport.
Después de esta noticia, la Dra. Mary quedó muy preocupada por la memoria y salud de su esposo y comenzó una ardua investigación acerca de la enfermedad para así poder encontrar alternativas que pudieran ayudarlo. Durante esta búsqueda, encontró una compañía que buscaba voluntarios para probar nuevos medicamentos para pacientes con demencia. Descubrió que el ingrediente activo en la droga experimental eran los TCM (triglicéridos de cadena media), presentes también en el aceite de coco.
Encontró qué el medicamento se componía de casi un 60% de trigliceridos de cadena media, los cuales son una fuente de energía para el cuerpo fácil de metabolizar. Al descubrir esto y sin pensarlo mucho, Mary decidió ir a una tienda y comprar aceite de coco, no tenía nada que perder.
A la mañana siguiente, sin hacer ningún otro cambio en la comida, ella decidió incluir en la dieta de Steve dos cucharadas de aceite de coco. Esto lo repetiría día a día como medida alternativa.
Paso 2
Dibujar un nuevo reloj:
Dos semanas después de incluir el aceite de coco en su dieta, Steve volvió a realizar el test del reloj. El resultado era sorprendente. Newport había avanzado de forma positiva en su enfermedad y esta nueva prueba lo demostraba:
“Estaba muy alegre y realmente no sabía en ese momento si era el aceite de coco, buena suerte o mis oraciones ¿Qué era exactamente? Decidí mantener el aceite de coco en la dieta y continuar investigando todo acerca de las cetonas, los triglicéridos de cadena media y el aceite de coco”
Paso 3
Descubrir una solución natural:
Después de tres semanas manteniendo el aceite de coco en su dieta diaria, Steve comenzó a recordar cómo sacar agua de la nevera, bromeaba e incluso tuvo la oportunidad de volver a correr.
Después de realizar una vez más el test del reloj, los resultados eran cada vez más positivos. Newport ya tenía más claro el orden de los números, separó unos de otros y además ya sabía la fecha en la que se encontraban ese día.
La Dra. Mary Newport, encontró que las cetonas proporcionan una fuente alternativa de energía para las células cerebrales cuando tienen problemas para usar la glucosa.
Para entenderlo mejor, imagina que tu organismo es como un carro, que para que el motor prenda, requiere de gasolina, que es la energía que permite que este funcione de manera correcta. Una vez se acaba el combustible, el carro deja de andar. En esta analogía, el motor del carro es el cerebro y la gasolina es la energía que proporciona el aceite de coco de forma extraordinaria. Una gasolina de excelente calidad, por decirlo así.
Esto fue lo que entendió la Dra. Mary Newport, que a partir de los primeros avances comenzó a utilizar el aceite de coco de manera regular; no funcionaría como gasolina, pero permitía transmitir pequeños impulsos para que el motor no muriera del todo.
Fue así como el amor, las ganas, el conocimiento y constancia de la Dra. Mary Newport lograron hacer un aporte no solo a la salud de su esposo, sino a la ciencia y a la alimentación a nivel mundial, confirmando una vez más la importancia de las grasas en nuestra salud.
Ahora ya conoces un poco más acerca del aceite de coco y puedes ver cómo las grasas aportan muchos beneficios, además de fortalecer nuestra mente y cuerpo. Al igual que Newport, puedes usarlo para hornear, mezclarlo directamente con las comidas ya preparadas o simplemente tomarlo directamente en cucharadas completas.
Como esta, existen muchas historias alrededor de los aceites y grasas, es cuestión de conocerlos un poco más a fondo para sacarles todo el provecho que necesitamos.